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¿Aporta el contenido riqueza a un site?

Como usuario, por un momento, habría que pensar qué es lo que buscamos al introducir dentro de un buscador un contenido.

Esa palabra clave que esperamos que de como resultado un site donde se encuentre la marca, producto, servicio o contenido es la puerta para una experiencia positiva.

Y eso es lo que hay que buscar como empresa, como marca y como profesional. El marketing de contenidos se ha basado en la redacción de contenidos que fueran ya de calidad, no mero relleno. Los algoritmos de los buscadores, la experiencia con la que llegan ya los usuarios y el volumen de información existente en la red hace necesario apostar por desarrollar textos que de verdad aporten algo a quien no leen.

Mientras que hace años, cuando la digitalización de las empresas daban sus primeros pasos en la creación de sus webs, bastaba con que pareciera que había contenido cuando alguien aterrizaba en su site, hoy en día si ese contenido no está trabajado, pensado y planificado al milímetro, no ha servido de nada.

El constante cambio de los algoritmos de búsqueda, tanto que incluso a veces no da tiempo ni a seguirlos, hace que los buscadores premien un texto donde las palabras clave de verdad tengan peso, que sean únicos, originales, que aporten al lector algo diferente al resto e incluso que esten dentro de un contexto.

Que el tratamiento de textos sea de verdad parte de una estrategia pensada es vital si de verdad se quiere marcar la diferencia. Es lo que hace que unas webs aparezcan en la primera posición de un Google o en cuarta página.

Y si vives en la cuarta página, las posibilidades de éxito son mucho menores.

El escaparate en el que se ha convertido Internet, donde la inteligencia artificial (IA) ya es una más en las ecuaciones de programación, donde los bots y robots cada vez van a tener incluso más que decir en las comunicaciones internas y externas (en términos corporativos), algo tan básico como la palabra no puede dejarse al azar.

Pero, además, hay que ir un paso más allá. Los textos deben ser trabajados, obviamente, pero también corregidos. De nada sirve trabajar un contenido especializado si las faltas de ortografía, puntuación o incluso acentuación fallan. Eso es algo que, cada vez más, se tiene en cuenta no solo a nivel buscador sino en la experiencia de usuario.

Gracias a empresas que se dedican a la redacción de contenidos y textos, donde hay profesionales de la lengua que son capaces de depurar el estilo o bien corregir el que se les proporciona, la exigencia es cada vez mayor. Y en el fondo es una suerte.

Las palabras hablan de un profesional y de una compañía y no pueden permitirse algo que desprestigie su marca. El contenido en webs, redes sociales, blogs o en cualquier proceso de comunicación debe partir del respeto al lector, que se merece, siempre, lo mejor y con la mejor presentación. Esa consideración no solo enriquece una web, red social o blog sino que, además, se valora por parte del receptor.