Tras marcar mínimos históricos que dejaban los barriles de petróleo en precios nunca vistos, todos los ojos seguían puestos en las decisiones que se acabaran tomando en las reuniones de los países exportadores, donde desde hace un par de años se veían discrepancias a la hora de afrontar las cifras y ritmo de producción.
Sin embargo, parece que esa tendencia bajista va a pasar a formar parte del pasado. El crudo de la OPEP está en 48.58 dólares, casi 25 dólares por encima de lo que podríamos encontrarlo a principios de enero. Eso significa que, posiblemente, el precio comience su escalada aunque no se espera que llegue a las cotas de 100 dólares que marcaba en años como el 2011.
Una de las grandes razones de esto viene de la mano de los nuevos acuerdos que se esperan para Noviembre, cuando vuelva a reunirse la OPEP y pueda anunciar la limitación de producción conjunta como se viene pidiendo desde algunos de los países miembros en los últimos años.
Rusia, Sudamérica y algunos países árabes tendrán ahora, dentro o fuera de la organización de exportadores, que ponerse de acuerdo para controlar la producción y el número de barriles que se ponen en venta en el mercado internacional para tratar de conseguir que los precios sigan incrementándose paulatinamente, aunque habrá que ver si finalmente se llega a acuerdo tras la ruptura de las negociaciones previas en años anteriores.
El hecho de que por primera vez vayan a reunirse los países que forman parte de la OPEP con otros productores que se encuentran fuera de ese marco organizativo significa un paso al frente para controlar, a nivel mundial, cómo actuar para no devaluar, aún más, el precio del oro negro.
