Pulsa «Intro» para saltar al contenido

El impuesto extraordinario impide que la gran banca supere en septiembre los beneficios récord de todo 2022

– Las principales entidades españolas pierden el 5,3% de su beneficio hasta el tercer trimestre por el gravamen extraordinario, por el que pagaron 1.109 millones

MADRID, 01 (SERVIMEDIA)

El gravamen que el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó temporalmente para financiar las políticas antiinflacionarias y que ahora PSOE y Sumar quieren hacer permanente, evitó que los seis grandes bancos que operan en España –Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja– aumentaran su beneficio hasta septiembre por encima de la cifra de récord de 2022, cuando ganaron 20.849 millones de euros.

Así se desprende de los resultados del primer trimestre que cada banco ha trasladado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que revela que estas seis entidades se anotaron un beneficio neto de 19.761 millones hasta septiembre, un 23,6% más que los 15.991 millones de un año antes.

Sin embargo, si no se contabiliza el impacto del gravamen extraordinario –que ascendió a 1.109 millones–, esa cifra aumentaría hasta los 20.870 millones. Es decir, que ya en septiembre la gran banca habría superado las ganancias récord con las que cerró 2022.

Estas cifras se explican el contexto actual de endurecimiento de la política monetaria. El Banco Central Europeo (BCE) ha subido los tipos de interés oficiales con bastante intensidad y rapidez con respecto a los antecedentes históricos. Así, desde verano del año pasado, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación ha pasado del 0% al 4,5%, aunque el organismo ha decidido frenar momentáneamente esta senda.

En esta coyuntura, cada uno de los seis grandes bancos españoles ha registrado beneficios récord hasta septiembre, con Santander a la cabeza (8.143 millones, un 11,3% más). Le siguió BBVA (5.961 millones, un 24,3% más), CaixaBank (3.659 millones, un 48,2% más), Sabadell (1.028 millones, un 45% más), Bankinter (685 millones, un 59% más) y Unicaja (285 millones, un 4,8% más).

Esta buena evolución de sus resultados habría sido aún mejor de no ser por el impuesto temporal, que aminoró el beneficio neto atribuible de estas entidades en un 5,3%. Y, de cara a fin de año, el Banco de España calcula que reducirá las ganancias de todo el sector en un 4,1% −el impuesto ya se pagó en su totalidad en septiembre−.

De los seis grandes bancos, el que más pagó por el nuevo gravamen fue Caixabank, que tuvo que hacer frente a 373 millones. Santander y BBVA, por su parte, satisficieron 224 y 215 millones, respectivamente; mientras que Sabadell desembolsó 156 millones. Por último, Bankinter y Unicaja transfirieron al fisco 77 y 64 millones, respectivamente.

4,8% DE INTERESES Y COMISIONES

Cabe recordar que todas las entidades financieras que cerrasen 2019 con más de 800 millones de euros en su margen de intereses (intereses cobrados menos pagados) y sus comisiones netas (cobradas menos pagadas) deben pagar el 4,8% de los ingresos satisfechos por ese concepto a través del modelo 798.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) vigilará que el sector bancario cumple con estas nuevas obligaciones tributarias. De no hacerlo, cometerán una infracción «muy grave» que se traducirá en una multa económica del 150% sobre el importe repercutido.

BATALLA JUDICIAL

La totalidad de los bancos ha abonado el impuesto, pero también ha apostado por judicializar la causa. Consideran que estos nuevos tributos son «discriminatorios e injustificados» y consideran que hay «suficiente base jurídica» como para ganar en los tribunales. Sin embargo, han apostado por efectuar los pagos anticipados para cubrirse las espaldas de cara al futuro. Por el momento, la Audiencia Nacional ha rechazado tomar medidas cautelares.

Por su parte, la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, se ha mostrado en todo momento segura de que Hacienda ganará en los tribunales, defendió que la legislación de ambos tributos parte desde «la seguridad jurídica», y reconoció su predisposición a mantener ambos gravámenes más allá de 2024 con los «ajustes» que sea necesarios.