Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Plagas, cuando llegan lo hacen para quedarse

A la hora de elegir un lugar en el que vivir, son muchos los que se decantan por hacerlo en una gran urbe, evitando de esta manera tener que hacer kilómetros a diario para llegar a su lugar de trabajo y tiendo a la vuelta de la esquina todo y cuanto puedan necesitar. Y hay, quien se decanta por hacer esos kilómetros a diario y vivir en un lugar más tranquilo en el que, a pesar de no disponer de todo a la vuelta de la esquina, se puede respirar aire puro, disfrutar de la sombra de árboles centenarios y admirar el firmamento por las noches. En cualquier caso, y sea cual sea la opción elegida, es posible y, más probable en el caso de vivir en el campo, que en algún momento de la vida se tenga que luchar contra una plaga, algo que a priori la mayoría intenta hacer por su cuenta, craso error, pues el control de plagas en Donostia, así como en el resto de lugares es cosa de profesionales.

Una cosa se debe tener clara, cuando una plaga llega lo hace para quedarse, y por eso es tan importante estar atentos a los primeros signos de su existencia. Lo común es que una persona que poco o nada tenga que ver con el mundo de los bichos en general, detecte la presencia de un par de ellos un día y algunos más en los días sucesivos. La respuesta más común suele ser adquirir un producto para intentar eliminarlos, algo que, en principio, y solo a ojos del improvisado exterminador funcionará. Sin embargo, con el transcurso de los días volverán y serán más y más, haciéndose necesario la presencia de profesionales en el control de plagas en Donostia o en aquel lugar en el que se resida.

Lo cierto es que las plagas, además de ser muy desagradables e incómodas a la vista, pueden causar problemas de salud y salubridad para las personas. Pero no solo eso, sino que muchas de ellas pueden causar daños estructurales en la vivienda poniendo en riesgo la integridad física de las personas que las habitan y haciéndose necesario en todos estos casos una sustitución de los elementos dañados que conllevará un desembolso económico, que en la mayoría de ocasiones, será directamente proporcional al tiempo que se tarde en acudir a los especialistas.

Solo aquellos que por desgracia se han visto en una situación semejante alguna vez saben que reaccionar a tiempo es la mejor de las garantías para saberse en un hogar limpio y libre de unos más que indeseados okupas. Y es que, ¿a quién le resulta sencillo conciliar el sueño sabiéndose rodeado de ratas, cucarachas, hormigas, avispas, termitas, chinches o cualquier otro del estilo?