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Joan Robinson y la competencia imperfecta y el análisis del mercado

¿Qué es la competencia imperfecta según Joan Robinson?

Para Joan Robinson, la competencia imperfecta describe mercados donde las empresas no son tomadoras de precio y pueden influir en el precio de su producto. En su libro The Economics of Imperfect Competition (1933), argumenta que la demanda del producto de cada empresa es descendente, de modo que cada firma tiene cierto poder de fijación de precios. Esto contrasta con la idea de la competencia perfecta, donde las empresas venden al precio de mercado sin poder propio.

Este marco implica que el precio no se iguala al costo marginal de la producción; las empresas pueden fijar precios por encima del costo marginal para capturar parte del excedente del consumidor. La fijación de precios surge como resultado de la interacción entre la demanda específica de cada producto y las decisiones de producción de la firma.

Robinson enfatiza la existencia de diferenciación de productos y barreras a la entrada; estas características generan poder de mercado y razones para la persistencia de beneficios o rentas. La interacción entre productos diferenciados crea incentivos para la publicidad y la diferenciación más allá del precio.

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En su análisis, la competencia imperfecta abarca estructuras como la competencia monopolística (muchas firmas con productos diferenciados) y el oligopolio (pocas firmas interdependientes); la interdependencia entre firmas significa que la decisión de una afecta a las demás. Así, el marco de Robinson sitúa la realidad del mercado en un continuo entre la competencia perfecta y el monopolio.

¿Qué aportó Joan Robinson a la Economía?

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¿Cuáles son las 4 estructuras de mercado?

Las cuatro estructuras de mercado principales son competencia perfecta, monopolio, competencia monopolística y oligopolio. Estas categorías describen cuántos compradores y vendedores participan, qué tan diferenciados son los productos y qué tan fáciles son la entrada y la salida del mercado, lo que a su vez condiciona el poder de fijación de precios.

En la competencia perfecta, hay muchos compradores y vendedores, un producto homogéneo, entradas y salidas libres y información casi perfecta. Ninguna empresa puede influir de forma significativa en el precio, que se determina por la oferta y la demanda del mercado.

En el monopolio, existe un único vendedor que controla el precio y la cantidad ofrecida. Las barreras de entrada suelen ser altas y el producto puede carecer de sustitutos cercanos, de modo que la empresa tiene un considerable poder de fijación de precios.

En la competencia monopolística, existen muchos oferentes pero los productos están diferenciados (por calidad, marca, características), lo que confiere cierto poder para fijar precios. La competencia se da más por la diferenciación y la publicidad que por competir solo a través de precios, y la entrada de nuevas empresas es relativamente viable.

En el oligopolio, unas pocas empresas dominan el mercado, y las decisiones de una influyen directamente en las demás. Se observa interdependencia, posibles acuerdos implícitos o explícitos y una estructura de precios que puede ser estable o rígida; las barreras de entrada suelen ser altas, y la competencia se da también a través de estrategias no price-based, como la innovación y la publicidad.

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¿Quién es el padre de la competencia monopolística?

El padre de la competencia monopolística es Edward Hastings Chamberlin, economista estadounidense cuyas ideas definieron la teoría de mercados imperfectos y sentaron las bases de este modelo.

En 1933 publicó The Theory of Monopolistic Competition, donde propone que en muchos mercados coexisten numerosos oferentes que venden productos que, aunque parecidos, presentan diferencias que resultan relevantes para los consumidores. Cada empresa enfrenta una curva de demanda descendente para su propio producto, lo que le otorga cierto poder de fijación de precios.

La estructura de la competencia monopolística, según Chamberlin, combina libertad de entrada con diferenciación de producto. Con entrada libre a largo plazo, los beneficios económicos tienden a desaparecer, llevando a un equilibrio en el que las empresas obtienen beneficios nulos; no obstante, conservan poder relativo de mercado gracias a la diferenciación.

Además, el modelo predice que las empresas tienden a operar con una capacidad mayor que la mínima eficiente, lo que se interpreta como exceso de capacidad en el corto y largo plazo, una característica distintiva de este tipo de competencia.