Basta echar un vistazo a casos concretos como el de Juan Enrique para entender que el poder acudir, cuando se cumplen los requisitos, a la ley de la segunda oportunidad, es más necesaria que nunca.
Empresario de Artes gráficas, tuvo que cerrar en 2013 su negocio por la crisis del momento, lo que le generó unas deudas inasumibles que, con los años, se fueron acumulando hasta llegar a unos 300.000 euros con la Seguridad Social, Hacienda, bancos e hipotecas.
“Cuando nos contactó, nos encontramos con una persona de casi 57 años que llevaba cotizando desde los 14 pero que malvivía con una ayuda de 430 euros sin capacidad para hacer frente a las deudas generadas por su negocio anterior. Además, vio cómo sus datos se facilitaron a terceras partes que llegaron a acosarle telefónicamente, por carta e incluso físicamente, generándole problemas incluso de ansiedad” explican desde Quita Deudas, quienes están recopilando la documentación para presentarla ante el juzgado, donde se espera que se tarde entre 24 y 30 meses en dictarse sentencia.
Por desgracia, el plazo es largo, pero sí que es cierto que, una vez conseguida, la persona que se beneficia de ello tiene la oportunidad de salir adelante.
Este caso es solo un ejemplo de los muchos que hay en nuestro país. Sin embargo, pocos saben que tienen esta opción siempre que, como Juan Enrique, sean deudores de buena fe, se liquiden sus bienes para hacer frente a las deudas y, en caso de no poder llegar a un acuerdo de pagos, intentar por la vía judicial conseguir acogerse a la ley de la segunda oportunidad, para reiniciar una nueva vida y reincorporarse a la sociedad sin el lastre que supone una situación como la mencionada.
Lo cierto es que, aunque hay bastante desconocimiento, cada vez hay más demanda de este tipo de procedimiento, lo que hace que empresas como Quitadeudas vayan dando servicio a una creciente demanda como bien muestran los más de 50 casos que tienen actualmente en última fase.