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Los 10 mayores bancos del mundo se abren a no financiar combustibles fósiles

MADRID, 25 (SERVIMEDIA)

Los 10 principales bancos del mundo tienen compromisos claros mínimos para no financiar combustibles fósiles, según un estudio revisado por pares dirigido por la Universidad de Gotemburgo (Suecia).

El trabajo, publicado este viernes en la revista ‘Climate Policy’, analiza los informes anuales de 2015 a 2019 de los 10 bancos más grandes del mundo, en función de su nivel de financiación de combustibles fósiles a partir del informe ‘Banking on Climate Change’, de 2020.

El principal es JP Morgan Chase, con 64.930 millones de dólares, seguido de Citigroup, con 52.410 millones de dólares. Scotiabank completa el ‘top ten’ con 2.,040 millones de dólares.

Los 10 mayores bancos del mundo se preocupan cada vez más por el cambio climático, en general. Sin embargo, un análisis de sus informes anuales señala que esas entidades son vagas cuando deben aplicar iniciativas en este sentido.

Sólo en 2020, este grupo gastó 425.920 millones de dólares en financiar combustibles fósiles. Entre esos bancos están JP Morgan Chase (Reino Unido), Barclays (Reino Unido), Banco de Dominio de Toronto (Canadá) y Mitsubishi UFJ Financial Group (Japón).

«Si uno debe ‘seguir el dinero’ para encontrar a los culpables de un crimen, ¿qué dice eso de las importantes cantidades de dinero que la industria financiera invierte en combustibles fósiles?», se pregunta Asa Löfgren, del Departamento de Economía de la Universidad de Gotemburgo.

Löfgren señala que, en las revisiones anuales analizadas, «los esfuerzos relacionados con el cambio climático de estas grandes empresas tienden a relacionarse con el efecto directo de su trabajo, como la reducción del uso de electricidad en sus edificios». «Hay poco o ningún reconocimiento del efecto indirecto, pero significativo, de las emisiones de sus clientes», añade, antes de apuntar: «Esta ausencia de compromisos puede reflejar una ausencia de reflexión crítica sobre su responsabilidad de financiar el cambio climático».

En este sentido, subraya que «lo que se necesita son políticas efectivas dirigidas a la industria bancaria. «Deben considerar explícitamente cómo medir y reducir los impactos climáticos no solo de las operaciones directas, sino también en relación con las actividades de financiamiento de los bancos o de préstamos a los clientes», recalca.

RECOMENDACIONES

Los autores recomiendan tres puntos a los principales bancos para que cambien su política: las divulgaciones financieras relacionadas con el clima deben enfocarse en el impacto climático de los bancos en relación con el financiamiento de sus clientes (es decir, que rindan cuentas), políticas efectivas para considerar explícitamente cómo deben medir y reducir los impactos climáticos de manera comparable y en relación con las operaciones de financiación crediticia a los clientes, y una legislación que ordene la debida diligencia ambiental y de derechos humanos con consideraciones explícitas en relación con el cambio climático.

Los expertos utilizaron una búsqueda de palabras codificada automáticamente para identificar y resaltar las citas relacionadas con el cambio climático y luego revisaron cada sección en detalle, identificando manualmente las áreas para un análisis más detallado.

El patrón emergente es una tendencia creciente a que los informes anuales se centren en elementos del cambio climático, que varían de un banco a otro. Sin embargo, de manera crucial, a pesar del aumento, el estudio encuentra «poca discusión sobre cómo el cambio climático podría afectar al banco en relación con su impacto social».

«Los riesgos climáticos parecen identificarse ampliamente como un riesgo crediticio percibido en relación con los clientes que no pagan los préstamos o como un riesgo físico que afecta las propias operaciones del banco, como los riesgos climáticos extremos para las propiedades y las inversiones, por ejemplo», indica Jasmine Elliott, doctoranda en el Departamento de Filosofía, Lingüística y Teoría de la Ciencia de la Universidad de Gotemburgo.

Elliott añade que «también se reconoce que las posibles regulaciones y orientaciones sobre el cambio climático pueden afectar sus operaciones». «Nuestras observaciones se alinean con encuestas y análisis recientes de informes de divulgación climática sobre la falta de detalles suficientes en las divulgaciones corporativas de riesgos financieros relacionados con el clima en general».

Elliott agrega: «Los bancos parecen ver oportunidades, como nuevos productos y servicios ecológicos, como la forma principal de relacionarse con los clientes en relación con el cambio climático. Si bien este puede ser un paso relevante en la promoción de la sostenibilidad, todavía no aborda la contribución causal y negativa que han tenido y siguen teniendo sobre el clima a través de sus principales actividades de financiación».