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Trabajar en un coworking: ¿es posible sacarle de verdad partido?

El mundo laboral y la forma de entender el trabajo y las jornadas está experimentando un cambio no sólo en la forma en que las empresas y los profesionales abordan sus espacios de trabajo sino también en cómo se plantea el propio trabajo. 

Los espacios de coworking, que llevan años ganando terreno como una alternativa a las oficinas tradicionales, no paran de crecer alrededor de los centros neurálgicos de las principales provincias, pero también como espacios en zonas rurales donde, hasta ahora, no había oferta para establecer un negocio. Un coworking Madrid Centro va a suponer un ahorro con respecto al alquiler de una oficina en la misma zona financiera.

La pregunta que se hacen empresas y emprendedores es, ¿cómo sacar el máximo partido a un coworking? ¿Es, en realidad, la mejor opción?

Para dar respuesta a estas preguntas es necesario enfocarse en 3 aspectos en los que el coworking ha cambiado la forma de entender el espacio laboral.

  1. Relaciones empresariales: una de las principales ventajas de estos espacios empresariales compartidos es la posibilidad de conocer y establecer relaciones empresariales sólidas con otras startups o empresas que sitúan sus oficinas en el mismo sitio. Al compartir espacios comunes, se crea un ambiente para la colaboración que puede acabar derivando en asociaciones comerciales, oportunidades de negocio conjunto y a una ampliación de la red de contactos que puede servir, el día de mañana, para estrechar lazos entre sectores complementarios. Además, son espacios que invitan a la promoción de seminarios, talleres y encuentros para conocer a otros profesionales y aprender de sus experiencias.
  2. Ahorro: no solamente se trata de ahorrar en los costes energéticos porque gastos como la electricidad, el agua o incluso las conexiones son compartidos, sino también en el propio alquiler. Las soluciones que proponen los coworking como espacio de trabajo son tan amplias y a medida que se ajustan a todo tipo de planteamiento empresarial y de equipos. Al estar diseñados pensando también en la sostenibilidad, suelen tener avances que las oficinas tradicionales no tienen y que reducen al máximo los costes para sus inquilinos.
  3. Flexibilidad: esta es, quizá, una de las ventajas más visibles de este tipo de espacios de trabajo. En lugar de comprometerse con un contrato de alquiler que sea a largo plazo y con una serie de requisitos y fianzas, se permite alquilar espacios y despachos en periodos más cortos que pueden ir adaptándose en crecimiento a las necesidades de cada empresa y empresario. “Además, responden a necesidades puntuales que pueda haber para ampliar los puestos de trabajo o incluso reunir a un número más alto de personas en despachos y espacios contiguos” explican desde Village Madrid.