Las tragaperras en España han gozado, y lo siguen haciendo actualmente, de una gran popularidad. Para hablar de los orígenes de estos dispositivos debemos remontarnos hasta finales del siglo XIX. Este artilugio creado por Charles Fey inició su recorrido en locales estadounidenses. Tras unos cuantos años en los que los empresarios comprobaron su rentabilidad, el modelo de negocio se exportó a Europa.
La llegada a nuestras fronteras tardaría un poco más en llegar. Aunque a principios del siglo XX ya existían casinos, las tragaperras no se incluían entre su catálogo de juegos. Hay que recordar que el juego quedó prohibido en distintas épocas, como por ejemplo en la dictadura de Primo de Rivera, algo que provocaría el cierre o la quiebra de muchos locales.
Tras la muerte de Franco y con la llegada de la ‘Transición’ se comienza a plantear la legalización de los casinos y los juegos de azar. En este proceso, en un principio, no se incluyen las máquinas tragaperras cuyo uso no estará permitido hasta el año 1981, tres años después de la entrada en vigor de la Constitución Española. Este nuevo marco legal autorizaba la instalación de estos dispositivos no solo en salones recreativos, sino también en establecimientos hosteleros –como bares, restaurantes o cafeterías– algo que ayudó significativamente a que se incrementase su popularidad.
La llegada del mundo online
El uso de las máquinas tragaperras continuó expandiéndose durante los años 80 y 90. Según distintos expertos, es precisamente en la década de los 90 cuando las casas de casino comienzan a plantearse migrar el modelo de negocio al sector online. En concreto se habla de 1994, que fue el año en el que se legalizó el primer casino online en un país del Caribe.
Con la apertura de este nuevo mercado las máquinas tragaperras encontraron un nuevo sector en el que expandirse. Y lo hicieron, ya que se trata de uno de los juegos preferidos por los usuarios de las páginas especializadas de juego en línea.
La irrupción de la pandemia a consecuencia del Covid-19 también incidió en el desarrollo de este tipo de juegos. Las restricciones de movilidad que provocaron el cierre durante semanas, e incluso meses, de muchos negocios también afectó a los casinos físicos. Aunque la mayor parte de páginas especializadas ya contaban con juegos de tragaperras, lo cierto es que con la crisis sanitaria la demanda se incrementó de forma considerable.
La tecnología ha sido un gran apoyo para el innegable progreso de estos juegos. Con diseños cada vez más sofisticados, se consiguen crear versiones online de estas máquinas tragaperras que proporcionan una gran experiencia. Uno de los motivos por el que cada vez más usuarios las eligen es que el jugador puede llegar a conseguir una gran suma de dinero con una baja inversión.
Sin duda, la gran evolución del propio juego que ha experimentado a lo largo de los años está lejos de extinguirse y continuará su expansión como uno de los divertimentos de azar mejor valorados a nivel mundial.
