No se puede negar el hecho de que es responsabilidad de todos el conseguir mejorar las cifras de reciclaje y evitar el generar más basura.
El llamamiento y esfuerzo que están poniendo gobiernos y entidades para conseguir un impacto medioambiental menor hace que cada vez existan más contenedores pero, ¿cuántos hay?
Hay que tener en cuenta todos los contenedores de ecología.
En primer lugar, habría que comenzar un listado con los más habituales.
Es muy sencillo encontrar por las calles tres tipos de contenedores para reciclaje con los que, hoy en día, por suerte, la sociedad está más que habituada.
El contenedor para plástico, habitualmente de color amarillo, llegó hace unos años para quedarse y dar una opción más a los plásticos y envases de tener una nueva vida tras pasar por el proceso de reciclaje que les permite la tecnología más avanzada y que evita tener que seguir fabricando nuevo plástico en muchos casos.
A su lado es fácil que se sitúe, en las llamadas islas ecológicas, el de papel, habitualmente azul y pensado para incluir en él los cartones de embalajes, el papel, folletos, revistas, periódicos. Es uno de los que menos dudas ofrece. “Aunque no está de más recordar que las servilletas y pañuelos de un solo uso no son papel sino celulosa y deben ir a la basura normal” explican desde Jcoplastic.
Para cerrar el trío más habitual del reciclaje, no puede faltar el globo del vidrio, habitualmente verde, donde se tiran todo tipo de botellas y botes. “Pero no bombillas, que eso es cristal” comentan.
“Es ahora donde viene el lío, con el contenedor marrón de orgánica y el clásico de siempre para basura en general. Para empezar, no todos los edificios o incluso islas disponen de ambos pero la diferencia es clara. En uno solo entra la materia orgánica (restos de comida, plantas…) y en el otro, el resto. Aún así, falta bastante trabajo por hacer para que la gente lo asuma como han hecho el resto” explican desde la compañía.
A estos se suman tres más: el contenedor para el aceite usado, que está siendo vital para evitar problemas en tuberías, el contenedor de ropa usada para poder ofrecerles a quienes la necesitan a posteriori y la recogida de pilas o halógenos / tubos fluorescentes que también suelen estar cada vez más accesibles.
Quienes se pregunten dónde deberían ir los pequeños electrodomésticos que se rompen y no van a ser arreglados: el punto limpio es su destino.