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¿Es posible crecer en lo personal y laboral o es todo un mito?

Esta es una pregunta recurrente y mucho más habitual de lo que se piensa. Muchos hablan de la necesidad de ponerse en manos de profesionales para seguir avanzando en su faceta personal y profesional cuando se ven bloqueados o que no avanzan.

“Cada vez la sociedad es más consciente de la necesidad de dedicarse un tiempo a sí mismo si se quiere avanzar. La rutina, las prisas, las exigencias del trabajo y la necesidad de sentirse acompañado suele ser el principio de la pérdida de perspectiva de uno mismo” explica Williams Ramos.

Este coach, que de forma presencial en Canarias o bien de forma online para el resto de interesados, propone un programa que lleva a “fomentar su autoliderazgo mediante la adquisición de habilidades y herramientas de Coaching y PNL con el objetivo de aplicarlas en su vida diaria, profesional y personal”.

Respondiendo a la pregunta, sí, en realidad, el crecimiento personal no debería parar nunca. Cada etapa de la vida de una persona está marcada por unas experiencias, retos y obstáculos distintos y es necesario conocerse a fondo para poder afrontarlas y salir beneficiado de ellas.

Aunque está demostrado que, durante la adolescencia y hasta los 25 años el ser humano tiene una capacidad de aprendizaje y retención única, y que a partir de los 30 se reduce significativamente, el camino del autoconocimiento no necesita de memoria. 

Es más, se considera que un nuevo idioma, una nueva disciplina de manualidades o artesanía e incluso la escritura de un diario pueden ser herramientas a tener en cuenta a partir de esa edad para seguir fomentando la capacidad de aprendizaje.

En el programa del coach canario, el primer paso que propone tiene que ver con la conciencia de uno mismo, sus patrones de comportamiento, hábitos adquiridos y certezas que deben ser puestos, en su totalidad, en cuestión para ver cuáles habría que desaprender.

A partir de ahí, se despierta lo que él denomina evolución, basada en avanzar en las propias actitudes y aptitudes fomentando lo positivo para llegar, finalmente, a los objetivos marcados en lo personal y profesional.

El aprendizaje, en definitiva, debería ser ya una constante del ser humano que, para ordenar el ruido ambiente del día a día, necesitaría ir conociendo sus fortalezas y destrezas para madurar y evolucionar con el pasar de los años.