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La limpieza mejora un 30% la productividad en las oficinas

Hasta un 30% se ha demostrado, según un estudio, que influye en positivo el desarrollo del trabajo en un entorno laboral.

El tener la oficina en orden, con olor limpio, sin polvo y con las papeleras vacías parece algo obvio pero no lo es tanto si no se cuenta con profesionales capaces de gestionar un mantenimiento de limpieza que, en algunos casos, necesitan también de protocolos- más en esta época – para garantizar la salud de toda la plantilla y de los clientes o visitantes.

«Hay empresarios que ven la limpieza como un gasto cuando, en realidad, es todo lo contrario. Con una empresa profesional incluso pueden sustituirse los productos químicos, evitando irritación de ojos y alergias entre los trabajadores a base de agua ionizada, que sirve tanto para limpiar como para desinfectar» explican desde Neteges & Desinfeccions d’ozó.

La limpieza de oficinas es una solución de bajo coste que debería ser vista como una inversión y no como un gasto.

Gracias a una persona encargada de la confección del protocolo de limpieza, que se adapta a cada empresa, oficina o despacho, se realiza de forma más sencilla un seguimiento y verificación que garantice cumplir con cada paso. Esto, en esta época, es crucial para ayudar a que los clientes y visitantes, así como los trabajadores, acudan a los centros de trabajo de forma segura y con toda la tranquilidad.

Beneficios del agua ionizada

Aunque aún no está extendido, la aplicación del agua ionizada en la limpieza garantiza la eliminación de la práctica totalidad de gérmenes y bacterias, minimizando, además, las posibles reacciones adversas a productos químicos, que quedarían relegados al olvido.

Además, es una alternativa incluso más económica ya que lo único que se necesita es agua de un grifo a la que se somete a un tratamiento in situ. El hecho de que se eviten los productos químicos agiliza también la limpieza ya que no es necesario esperar a aclarar superficies o incluso a que seque.

A esto, se suma, el hecho de que no emite contaminantes a la atmósfera. Cuando entra en contacto con las superficies de limpieza, al haber sido tratada mediante electricidad para convertirla en ionizada, es capaz de provocar orificios en las bacterias evitando ningún otro proceso para eliminarlas.