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Las nuevas tecnologías como aliadas de los coleccionistas

No hace tanto coleccionar sellos y monedas constituía uno de los hobbies más populares y extendidos. Hubo una época en la que todas las familias tenían parientes que se habían visto obligados a emigrar a otros países en busca de una vida mejor y que, de pascuas a ramos, enviaban una carta contando cómo les iba la vida. Esos sellos que llegaban desde diferentes países y eran los más deseados por los noveles coleccionistas. Antiguamente tener también, aparte de los sellos, monedas de diferentes países conseguía dejar con la boca abierta. Y aunque hoy en día la tecnología en el caso de los sellos y las tarjetas en el caso de la moneda hayan relegado este tipo de tesoros a los buscadores de joyas, la venta de monedas antiguas españolas están cada vez más en alza en el mercado internacional.

Para los nostálgicos, aún quedan ediciones especiales que la Casa de la Moneda lanza cada cierto tiempo. Pese a que son monedas que nada tienen que ver con las de antes, el coleccionar, por ejemplo, las que fueron sacando de las provincias españolas, han servido de entretenimiento a los locales especializados y a los amantes de este tipo de colecciones.

Pero nada como dar con una joya antigua. Los distintos establecimientos que aún atesoran monedas antiguas saben que, quien de verdad valora este objeto, lo que busca es la rareza de hace siglos. Galeones encontrados han llevado al mercado negro monedas de otras épocas, pero también a las casas de subastas que han visto cómo coleccionistas han acudido ávidos por hacerse con los tesoros que ha atesorado el océano de la época de las conquistas.

Sin duda para estos ‘antiguos’ coleccionistas y también para los nuevos contar con establecimientos de venta de monedas antiguas españolas supone todo un aliciente, nada comparable a aguardar a que aquellos parientes que habían emigrado hace años decidieran regresar a su país natal para visitar a la familia, consiguiendo de esta manera adquirir unas cuantas monedas extranjeras que serían la envidia de todos cuantos dedicaban parte de sus esfuerzos a coleccionar dichas joyas.