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Los supermercados pierden 130 millones al día por el paro transportista

– La cadena de valor alimentaria no descarta volver a usar los ERTE

– El director de FIAB afirma que la cadena está «más tensionada que en los peores momentos de la pandemia»

MADRID, 23 (SERVIMEDIA)

El secretario general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Felipe Medina, informó este miércoles de que los supermercados están perdiendo 130 millones de euros al día por el impacto del paro de los transportistas, mientras que el director general de FIAB, Mauricio García, afirmó que la cadena alimentaria está «más tensionada que en los peores momentos de la pandemia».

Así lo indicaron en una rueda de prensa conjunta convocada por las asociaciones que integran a la cadena de valor agroalimentaria y del gran consumo que abarca a los supermercados (ACES y Asedas), los grandes distribuidores (Aecoc y Anged), la industria de alimentación y bebidas (FIAB), las cooperativas agrarias (Cooperativas Agro-Alimentarias) y la hostelería (Hostelería de España).

El director general de FIAB subrayó que la situación provocada por los 10 días de paro transportista «no son problemas aislados» ya que hay centros de producción parados y otros que prevén hacerlo en los próximos días. Según García de Quevedo, se están viendo afectados todos los sectores alimentarios: lácteos, carne, huevos, pesca, congelados, aceites, conservas, dulces, azúcar, panadería, harinas y cereales, vino, cerveza, aguas minerales, zumos, café y la alimentación para animales, entre otros sectores.

Asimismo, las patronales no descartaron que las empresas recurriesen de nuevo a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). «Es evidente que, si una compañía se ve obligada a cerrar una actividad productiva, utilizará los instrumentos que el ordenamiento jurídico le permita para intentar minimizar ese impacto», señaló el director general de Aecoc, José María Bonmatí.

El director general de Cooperativas Agroalimentarias, Agustín Herrero, relató que, entre las complicaciones que está provocando el paro, está habiendo zonas donde no se está pudiendo dar salida a la leche, lo que provoca «problemas de carácter medioambiental» y costes por tener que tirar el producto. También los puertos, especialmente los de la zona norte del país, Murcia y Andalucía son zonas de especial conflictividad.

Las consecuencias también se están dejando notar en las exportaciones. Herrero afirmó que la exportación a Europa «está muy afectada», pues, en condiciones normales «cientos de camiones diarios salen hacia la Unión Europea», situación que ahora «está muy limitada» y afecta tanto a productos perecederos y no perecederos como el aceito o el vino.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de Anged, Javier Millán-Astray, y el presidente de ACES, Aurelio del Pino, insistieron en que los problemas se recrudecen cada día ya que los esfuerzos para encontrar proveedores alternativos para evitar el desabastecimiento en las tiendas están incrementando los costes. Por ello, apelaron al Gobierno a adoptar medidas lo antes posible. «Realmente me cuesta entender que no se esté negociando», señaló Millán-Astray.

Por otro lado, el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, puso el foco en el sistema de fijación de precios de la energía y la fiscalidad. Para el representante de los hosteleros, ambos sistemas «necesitan una reforma» e indicó que su sector se siente «penalizado» por estar abocado a trabajar durante las franjas de mayor consumo eléctrico.

TRANSPORTISTAS

Todos los intervinientes coincidieron en pedir responsabilidad a los convocantes del paro de transporte e insistieron en el daño que está provocando la situación a la economía del país. «Entendemos las complicaciones, pero nos parece que no se puede bloquear toda una cadena alimentaria con las consecuencias económicas y sociales que supone», señaló el responsable de las cooperativas agrarias.

Ante la petición de los transportistas de no trabajar por debajo de costes, Bonmatí afirmó que «no tiene sentido pactar precios mínimos» porque es algo que «queda fuera del marco de competencia», aunque señaló que los transportistas «tienen que cubrir sus gastos y obtener beneficios para poder invertir».