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Paz y naturaleza

Cada cierto tiempo es necesario desconectar de las obligaciones laborales, del ir y venir frenético de la ciudad y del ruido y la polución que conlleva la vida en una gran urbe. Volver a la naturaleza, al silencio a respirar aire puro es fácil en España, que ofrece un sinfín de opciones sencillas a la vez que completas para volver a la rutina con las pilas cargadas.

España es un país de contrastes y presenta una oferta rural que es una auténtica maravilla, cualquier pueblo dispone de un encanto único y diferente consiguiendo que la mente vuele durante unos instantes a un estado de paz y relax que no tiene precio.

Aunque tal y como se ha indicado anteriormente, muchos son los rincones rurales en España, para cerrar un poco, este artículo se centra en el pequeño pueblo de Alcalá del Júcar, un destino perfecto para aquellas parejas y familias que desean volver a los inicios, en contacto con la naturaleza y que quieran disfrutar de paseos contemplando la inmensidad con todo tipo de senderos, desde los más cortos y llevaderos hasta aquellos solo aptos para verdaderos experimentados en senderismo, algunos son el Sendero Batán, el de El Corciolico o el de Tranco del Lobo.

Alcalá del Júcar, un paraíso terrenal

Este pueblo localizado en la provincia de Albacete se encuentra entre los 25 más bonitos de todas España y diversos son los motivos por los que se encuentra en tal lugar.

Este pueblo de unos 1.100 habitantes se caracteriza porque está cruzado por el río Júcar, al que le debe su nombre y que le confiere un halo de paz y libertad únicos a todo aquel que lo visita. Ya sea durante el día o la noche, la estampa de este pueblo encantador es extraordinaria.

Aprovechando la sensación de tranquilidad que aporta al visitante, dando un paseo se puede admirar parte de su historia a través de sus monumentos y contar con diversos alojamientos si se desea alargar su estancia, con casas rurales en Albacete que son una auténtica delicia.

Para disfrutar de unas vistas únicas el visitante no puede perderse el Castillo (siglo XII-XIII) y la Parroquia (siglo XV) de Alcalá del Júcar, en el punto más elevado del valle. Esta localización era un punto estratégico de defensa gracias a la visual que ofrece.

Como singularidad Alcalá del Júcar cuenta con una de las plazas de toros más antiguas de todo el país, con una forma irregular muy particular mantiene a día de hoy las paredes de barro originales y sus asientos de piedra.

Otra de las grandes atracciones de este pueblo que parece salido de una fantasía es el Puente Romano y la Isleta, datan del siglo XIV-XV y formaba parte del camino Real que iba de Castilla a Levante, con una perspectiva perfecta hacia el río.

Por si parecía poco, Alcalá del Júcar cuenta con más particularidades que mostrar al viajero, como son sus Cuevas, todas picadas a mano en pleno corazón de la montaña, en ellas se pueden visitar museos que gozan de unas piezas históricas y únicas.

Parece que esto no tiene fin y si la época del año en la que se decide pasar unos días en Alcalá del Júcar es en verano, el municipio tiene playa fluvial completamente natural, para las familias con pequeños es un acierto seguro.

La estancia perfecta para un destino perfecto

Como recomendación, independientemente de que se pasen unos días de desconexión de forma individual, con pareja buscando romanticismo o de senderismo con la familia, en Casa del Juez se encontrará la solución perfecta. 

Esta casa solariega localizada en el mismo centro del pueblo de Alcalá del Júcar presenta distintas opciones a la hora de realizar la reserva, dependiendo del número de ocupantes cabe la posibilidad de reservar una suite, la casa rural que consta de tres habitaciones o la casa completa, esta última opción para reuniones más grandes de amigos y familias completas.

Esta casa recibe su nombre debido al propietario anterior, el juez de la localidad y su familia y dispone de unas dimensiones impresionantes, todo en torno a un gran salón con diversas cuevas a su alrededor.