Cuando se habla de la tecnología y su implantación en la empresa es fácil entender que es necesario, que facilitaría todos los procesos internos y externos, que abarataría costes al hacer ciertas cosas de forma automatizada y, sobre todo, que ofrecería una serie de procedimientos, datos e información que podría ser de gran utilidad para la toma de decisiones.
Hasta aquí, todo claro. Sin embargo, ¿por qué la realidad es distinta? ¿por qué muchas pymes siguen esperando a dar el salto a los avances en software, hardware y demás tecnología?
La realidad es sencilla de entender: desconocimiento y coste. La mayoría de emprendedores, sobre todo los que se tienen que adaptar a la digitalización, no los nativos, no tienen muy claro siquiera por dónde empezar y asumen que les supondrá un coste excesivo que, en vista de la época que vivimos, no podrían asumir.
Nada más lejos de la realidad. El sap empresa, es decir, los servicios enfocados a la pymes, pueden ser abordados de una forma integral y paulatina que valga no solo para ir adaptándose a los cambios sino para que los avances sean, casi, a la carta.
En primer lugar, por norma general, se plantea la necesidad de la implantación de un ERP, una planificación de recursos que irá paso por paso adaptando a la automatización y tecnología el know how corporativo.
«El ERP lo que permite es automatizar algunos de los procesos que se llevan a cabo en un nivel productivo u operativo. Es fácil verlo en la parte de atención al cliente, pero también en compras, finanzas o incluso marketing. Tras una auditoría, se pone en marcha realmente la parte que mejor servicio dará en un presente, sin necesidad de adelantarse a las necesidades futuras que puedan ir surgiendo sino adaptándose al crecimiento y desarrollo normal de la pyme» explican desde Seidor.
Una de las funciones de esta planificación pasa por hacer de toda la empresa una única gestora de datos, permitiendo a todos los departamentos e implicados poder no solo volcar su información sino que, al automatizarse, ahorrar tiempo y coste en la interactuación y puesta en común de información. Gracias a este arranque se ahorra tiempo y se permite que la empresa empiece a funcionar de forma casi autónoma ya que se actualiza en tiempo real todo.
Pero no todo es esto, también está dentro de esta planificación el análisis, la ciberseguridad, la agilización de procesos e, incluso, la definición de las facetas que necesitan innovar dentro.
«Gracias a esta apuesta, miles de pymes están viendo cómo el ahorro de costes permite poner en marcha proyectos que estaban parados» concluyen.