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Cuando la demora causa estragos

Pese a que la mayoría de personas están sometidas a la rutina diaria, a veces suceden pequeñas cosas que hacen que se rompa la monotonía y uno se pregunte qué es lo que ha sido diferente para que lo sucedido haya tenido lugar en ese instante y no en cualquier otro.

Salir de casa, dirigirse al garaje y encontrarse la luna delantera del vehículo rota es algo más usual de lo que se pueda creer, aunque la persona a quien le ha tocado la china pueda pensar, a priori, que se trata de algo que solo le ha podido pasar él.

Y es que, tal y como indican desde Auto Cristal Usera/Leyva, especialistas en el montaje y reparación de lunas para automóviles, microcoches y vehículos industriales, “la rotura de una luna se puede producir por muchas y muy variadas causas, algunas de ellas incluso pueden resultar difíciles de creer”.

Entre las principales causas de rotura de la luna se encuentran:
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  • Impactos al volante, son la principal causa de rotura de la luna, y pese a que en ocasiones es fácil percibir el daño, en otrass el daño no se ve instantáneamente, pudiendo producirse con el transcurso del tiempo.
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  • Impactos de objetos contra el parabrisas, son también una de las causas más comunes de rotura, y pese a que el impacto pueda causar una pequeña fisura, conviene repararlo antes de que se haga demasiado grande o se produzca la rotura total.
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  • Cambios bruscos de temperatura, son otra de las principales causas que pueden hacer que la luna se quiebre, especialmente cuando la diferencia térmica entre el interior y el exterior del vehículo es demasiado grande.

Por último, y mucho menos habitual que los casos anteriores, se debe contemplar la rotura de la luna debido a un intento de robo o a alguna reyerta que se haya podido producir en las inmediaciones del vehículo. Sin embargo, en estos casos, lo lógico sería que la rotura se produjera en las lunetas laterales o en la trasera.

En cualquier caso, e “independientemente de que la rotura o fisura se haya producido por uno u otro motivo, resulta determinante no demorar la reparación, dado que, si se trata de una pequeña fisura, un cambio brusco de temperatura, un bache o un nuevo impacto, podrían hacer que la rotura fuese total”.

Y es que, hay veces que la demora causa estragos.