Cada vez son más las empresas europeas que ponen el foco en el consumidor español.
Para hacerse a la idea, hay más de 2500 empresas francesas con intereses en nuestro mercado que no deja de ser la puerta también para la apertura al mercado hispanohablante al otro lado del charco.
2500 empresas que están apostando por llegar hasta el consumidor español y que no pueden hacerlo sino en su idioma, haciendo un gran trabajo en el campo de la traducción y en la formación de equipos nativos en caso de sedes corporativas en suelo español.
La traducción francés español es uno de los servicios más solicitados para poder llevar la información de forma concisa, directa y nativa a los usuarios. De nada sirve dejar instrucciones, dosieres informativos, webs o incluso condiciones de contrato en francés si se busca la confianza del cliente hispano hablante.
«Durante años se ha visto cómo muchas empresas que buscaban solo enviar correos o mails comerciales usaban cualquier traductor para enviar la información. Hoy en día el usuario es mucho más exigente y eso ha obligado a las compañías a confiar en servicios de traductores homologados y profesionales que sean capaces de incluir los matices de una lengua como la española a la hora de proponer textos ya sean formales o más comerciales» explican.
El español o castellano, además, es hablado por más de 580 millones de personas según el Instituto Cervantes, convirtiéndose en una herramienta de comunicación que no solo es capaz de unir empresas a nivel intercontinental sino culturas y profesionales de medio mundo. De hecho, a nivel digital, es el tercer idioma en internet, algo que habla de los recursos, documentos y conversación que genera a nivel global. Esto hace que, sin duda, las empresas que buscan expansión apuesten por llegar a sus mercados, precisamente, en su idioma.
Cuatro razones por las que confiar en los traductores
- Cuando un texto llega a un traductor profesional, éste se dedica a entenderlo antes de comenzar su traducción al otro idioma, lo que garantiza que los matices no quedan fuera del contexto sino que se incluyen. No se traduce palabra a palabra sino que se lleva el mensaje integral a otro idioma.
- Existen traductores especializados en distintos áreas de conocimiento. No es lo mismo un traductor capaz de realizar un texto jurídico que uno que hace uno científico. Ese tipo de especialidad marca la diferencia y, en el mundo de los negocios, evita muchos problemas a la hora de incluir ciertas cláusulas.
- Cuando se cuenta con una empresa especializada, el texto es nuevamente revisado por otro profesional que valora si está sujeto a lo que se quiere decir o se puede mejorar. El hecho de que sean varios quienes revisan esto permite garantizar unos resultados profesionales.
- La reputación de la empresa está en manos de esos documentos. ¿Sería positivo ver cómo hay faltas de ortografía, frases sin sentido o incluso cosas mal traducidas en un texto que hay que presentar o firmar ante un cliente o partner? Desde luego, dejaría en muy mal lugar a las compañías, de ahí que cualquier documento deba ser trabajado por profesionales para garantizar una imagen corporativa seria y de confianza.