Con los mercados e inversiones tan en cuarentena como la mitad de la economía a nivel internacional, los medianos y grandes inversores buscan nuevos nichos para poder invertir y dejar, al menos un tiempo, el dinero en productos que puedan, en el medio y largo plazo, incluso revalorizarse.
Así, hay una serie de productos inmobiliarios que empiezan a demandarse entre este tipo de inversores: propiedades de lujo en entornos también que sean un valor añadido. Es el caso de las más bonitas casas de Costa Brava, una zona que con el tiempo ha ido ganando en fama por la calidad de su gastronomía, oferta de ocio y, sobre todo, privacidad.
En esta zona catalana se encuentran pueblos con una oferta inmobiliaria de lujo que servirían no solo de inversión sino también de sitio en el que escaparse y disfrutar de una de las zonas españolas más exclusivas.
Tipo de viviendas de lujo en la Costa Brava
Si hay un producto que será refugio de inversores, esas son las villas. Viviendas exclusivas construídas en las mejores calidades, con diseños que van desde la clásica Masía pasando por las líneas más innovadoras y modernas de la arquitectura contemporánea, que simplifica las líneas hasta fundirlas con el entorno.
Para considerarse de lujo, además, deben contar con un terreno alejado de las miradas curiosas, con zonas ajardinadas e incluso piscinas para disfrute propio. Pero si hay algo que revaloriza este tipo de propiedades, es precisamente la vista del entorno.
Es una zona en la que apenas se construyen nuevos proyectos, lo que hace que quien sea propietario, tenga una verdadera joya en términos de inversión.
¿Por qué han sucumbido a esta zona?
Hay muchos nombres que ya han sucumbido a los encantos de localidades como Roses, Empuriabrava o Calonge, entre otros rincones de la maravillosa Costa Brava.
Grandes empresarios han encontrado en este recodo de la costa noreste del litoral Mediterráneo un lugar de desconexión en familia mientras se disfruta de calas, de algunos de los puertos más exclusivos y bellos del litoral, donde las excursiones y las rutas marítimas son también un aliciente para los amantes del mar.
Sus angostas carreteras son también un reclamo para conducir vehículos clásicos por sus curvas mientras el paisaje se va abriendo hacia zonas vírgenes que ofrecen calas salidas de cualquier catálogo de ensueño.
