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¿Recuerdas cómo se entretenían los niños antes de los smartphones y las tablets?

Resulta curioso comprobar como la sociedad de por sentado determinadas cosas sin cuestionarse tan siquiera, cómo, de dónde y por qué han llegado al lugar donde hoy se encuentran.

Pese al gran desarrollo tecnológico que, por supuesto, ha influido en mayor o menor medida en todos los sectores, lo cierto es que aquellos que ronden la cuarentena, recordarán desde bien pequeños determinadas cosas que hoy se encuentran en los mismos lugares que antaño.

Y es que, acudir a un bar o cafetería con nuestros padres y aburrirse siendo un niño era lo habitual, pues donde hoy hay smartphones y tablets para entretener a los niños y que se estén relativamente quietos, antes solo había el ingenio de los padres y un poco más de libertad, por lo que el niño podía dedicarse a explorar el lugar en el que se hallaba. La búsqueda incesante acababa dando sus frutos, el explorador había encontrado el mejor de los entretenimientos, una máquina recreativa llena de luminosos botones que se podían pulsar. Una máquina recreativa que, aunque evolucionada, hoy ese niño, aunque ya como adulto, sigue encontrando en cualquier bar de los que frecuente.

No obstante, y tal y como indican desde Josterfer, “pese a que muchos creyeron que con el incremento de los juegos y casinos online el negocio de las máquinas recreativas se vería afectado negativamente, lo cierto es que la experiencia que proporcionan las máquinas recreativas tiene muy poco que ver con las que proporciona la red, lo que sigue siendo la clave de su éxito”.

Pero, ¿qué sucedería si realmente proporcionarán las mismas sensaciones?

Pues lo más probable es que poco a poco las máquinas recreativas fueran desapareciendo de todos esos bares y cafeterías que cualquiera frecuenta, desaparecerían también de los establecimientos especializados, así como de los casinos y otros lugares en los que han encontrado un lugar.

Lugares como Las Vegas, cambiarían radicalmente, pues dejaría de escucharse el armonioso tintineo que provocan las monedas al caer una tras otra, tintineo que hace que las cabezas se giren por un instante, para conocer al afortunado en el juego, quién sabe si también en el amor.

En cualquier caso, y afortunadamente, las máquinas recreativas siguen estando ahí. Y es que, pese a que pueda chocar, hay a quien estas máquinas les traen dulces recuerdos de su infancia.