Pese a que habitualmente puede parecer un tema polémico, la verdad es que la ropa laboral ha ido ganando su verdadero espacio gracias a todas las ventajas que conlleva.
Muchos se han planteado la necesidad real que pueden tener las compañías en uniformar u ofrecer un conjunto laboral a sus trabajadores, sin embargo, lo cierto es que si se piensa en personal de un hotel, de un hospital o incluso de seguridad, se entiende que el poder reconocer rápido a quienes forman parte de la organización, es en muchos casos vital.
Contar con este tipo de prendas ofrece, además, en la mente de quien los lleva, ciertas ventajas. La primera, sin duda, la de pertenencia. Mientras se lleva puesto, se saben ciertas normas útiles y aplicables a todo el equipo. En un restaurante, quien va vestido de cocinero, actúa como cocinero, en un hospital, quien lleva el uniforme de enfermero o médico, es porque tiene esa función dentro de sus plantas, quirófanos, etc.
Eso permite tener no solo claro cuál es el papel que se desempeña sino qué se espera también de ellos, lo que permite que durante el tiempo que se lleva puesto, la sensación de pertenencia sea máxima. Entrar en un hospital cuando todos vistieran ropa de calle no permitiría a los pacientes sentir la tranquilidad de saberse tratado por un especialista.
Y aquí, aunque parezca mentira, es donde de verdad es relevante el uniforme. En la gente que necesita interactuar con ellos. «Médicos, vigilantes, camareros, tenderos, peluqueros y cualquier profesión que pueda llevar este tipo de ropa de forma habitual ofrecen una imagen de seguridad para quienes necesitan de su ayuda o servicios. Identificarles a un simple golpe de vista ha servido en muchos casos de guía para poder actuar. Además, con el tiempo este tipo de prendas ha mejorado su calidad y diseño y permite incluso sentirse a gusto a quienes lo llevan» comentan desde Anadón Uniformes.
A nivel corporativo, no solo sirve para identificar a los trabajadores en sus puestos y conseguir esa pertenencia, sino también para asegurarse de cumplir los estándares de seguridad legales y necesarios para el desempeño de sus funciones. En una obra, por ejemplo, es necesario ofrecer todos los dispositivos de seguridad, pero también en un taller para evitar accidentes es necesario ofrecer monos ignifugos o incluso las botas de puntera metálica reglamentarias para salvaguardar los pies.
Aun así, el mundo de la ropa laboral no acaba precisamente en el uniforme, sino que equipos deportivos también creen y encuentran necesario contar con una equipación común que identifique a sus jugadores y equipos de una forma visual, pero a la vez tenga la calidad suficiente como para que aguante la temporada completa con lavados y su desgaste.
Quienes se dedican a esto, como el caso de Anadón Uniformes, pueden hablar de la evolución. «Desde que hace años comenzara a generalizarse este tipo de prendas y se obligara a las empresas, en muchos casos, a seguir los cánones, ha habido una evolución increíble. No solo se ha mejorado en calidad, sino que el diseño de las prendas busca sorprender y cumplir con su función de la misma manera. Cada vez hay diseños más trabajados que bien podría ser la elección fuera de uniforme para muchos«.