La situación actual ha obligado a muchos trabajadores del país a trabajar desde sus hogares.
El teletrabajo se presenta como la mejor de las alternativas para aquellas empresas que han logrado adaptarse con éxito a la situación actual. Una situación nueva para todos y en la que el hogar cobra absoluto protagonismo.
Un minuto tras otro, una hora que termina un día, y así una semana tras otra con la población sometida a un confinamiento necesario que pone de relevancia, entre otras muchas cosas, las carencias que existen en el hogar, así como la solidaridad que en estos días es, si cabe, más necesaria que nunca.
Y es que, nada tiene que ver enviar un par de correos electrónicos a la semana con tener que pasarse al menos ocho horas trabajando desde casa. Ante esta situación, “muchos de los que hoy teletrabajan, pero no lo hacen habitualmente, caen en la cuenta de lo necesario que es tener una pequeña oficina o un pequeño espacio con todo lo necesario para poder trabajar cómodamente. Un simple escritorio y una silla adecuada pueden convertirse en la mejor de las oficinas para casa” comentan desde una Tienda de muebles en Móstoles.
Lejos quedaron aquellos años en los que pasar horas sentados en el escritorio estudiando era el pan nuestro de cada día y, sin embargo, la mayoría recuerda que para nada se le hacía tan incómodo como hoy estar tantas horas sentado a la mesa en una silla. Tampoco el puesto de trabajo con el que uno cuenta en su empresa le resulta tan incómodo, qué es lo que ocurre en el hogar, entonces.
“Pese a que muchos creen que todas las sillas y mesas del mundo son exactamente iguales, lo cierto es que no es así. Puede que la mayoría estén diseñadas para desempeñar la misma función, pero no todas son igual de cómodas. A la hora de elegir una mesa y una silla para trabajar la ergonomía es la pauta a seguir para acertar”.
No obstante, teletrabajar no es tan sencillo y mucho menos en las circunstancias actuales. De hecho, dicen los expertos, que el rendimiento distará bastante del logrado en el puesto de trabajo habitual. Y es que, a la preocupación que ya de por sí causa la situación actual, hay que sumarle el hecho de encontrarse en un entorno de trabajo nuevo en el que probablemente haya uno o más pequeños diablillos quemando energía incesantemente, sin duda, una dura prueba para los que solo veían a sus hijos al llegar de trabajar.
En cualquier caso, el rendimiento será superior al prestado por aquellos que se han visto obligados a cerrar sus negocios y quedarse en casa de brazos cruzados esperando que amaine el temporal.