El mundo de la cerveza, como podemos apreciar en sitios como BevyBar, ha sido impactado por la popularización. Con cada día mayor número de seguidores y catadores especializados en armonías y maridaje, la cerveza ha tomado un lugar de mayor sofisticación en los paladares de conocedores y novatos pero, ¿Puede el pequeño comerciante de cerveza artesanal desplazar a la cerveza industrial? Acompáñanos a descubrirlo.
Cerveza Artesanal: Un boom sin precedentes
Aparejado a una sociedad que se decanta por productos cada vez menos procesados, directamente traídos de la granja a la mesa y servidos con la menor cantidad de ripios y adornos, el mercado de consumo de alimentos y bebidas ha visto crecer una gran oferta de productos artesanales que sacien esta curiosa apetencia por los delicados matices de lo “hecho a mano”.
El valor de lo artesanal que encontraríamos inconcebible en la década de los 80s, época caracterizada por la comida pre-empacada, los refractarios aptos para el microondas y los alimentos pre-congelados, se ha vuelto tendencia entre paladares calificados que juzgan cada vez más la calidad y origen de sus adquisiciones gastronómicas.
Sin embargo, esto no quiere decir que todo lo producido por métodos artesanales supere en calidad y sabor a lo producido de manera industrial. La practicidad de la producción en cadena, el abaratamiento de costos y la estandarización de calidad han logrado el desarrollo de la sociedad de consumo hasta alcanzar que en cada mesa coexistan los más variados productos, con precios accesibles para una mayor cantidad de hogares, hecho sin precedentes en siglos anteriores.
La evolución natural del mercado, sin embargo, ha dado un giro con el surgimiento de esta tendencia artesanal que disfruta del barismo, de la cerveza artesanal y de los productos orgánicos, como estandarte de una emancipación de la individualidad, de la calidad y del respeto no sólo por la materia prima sino por la salud del consumidor: menos aditivos, menos preservantes, más sabor.
Este apetito por “lo real” se ha trasladado a hogares y mentes innovadoras generando un repunte de las cervezas artesanales que, si bien son menos económicas, exhiben la verdadera pasión y calidad de una cerveza elaborada para realzar los sabores y complejidades del lúpulo y de la levadura con la que están hechos desde tiempos inmemoriales.
De hecho, el origen de la cerveza está íntimamente ligado al surgimiento de los primeros grupos humanos dedicados a la agricultura, en tanto los cereales comenzaron a ser fermentados para la producción de las primeras formas de cerveza. Es durante la edad media, en lo que hoy día conocemos como Alemania, que se desarrolla finalmente la cerveza como hoy la tomamos.
Diferencias entre Cerveza artesanal y Cerveza Industrial:
El líquido ambarino llamado cerveza en honor a Ceres, la diosa de la agricultura, se origina con el procesamiento y fermento de cereales en agua. La incorporación de lúpulo, cuyas propiedades antisépticas ayudaron a la conservación y sabor de esta bebida, aportaría estabilidad y popularidad al preciado licor, hoy por hoy, uno de los más consumidos a nivel mundial.
Existen variantes de la cerveza elaboradas con otro tipo de cereal distinto a la cebada. Cada localidad cuenta con la posibilidad de echar mano del cereal característico de la zona y aportar lúpulo para obtener nuevas notas y sabores: maíz, avena, arroz, mijo, son algunos de los que se pueden utilizar en producción masiva o artesanal.
No obstante, en la preparación de una cerveza coexisten 4 ingredientes básicos: lúpulo, la malta, agua y levadura. Estos son tratados por métodos diferentes en el proceso artesanal e industrial. Como es comprensible, la receta industrial ha sido elaborada para obtener los mejores beneficios de materias primas constantes hasta alcanzar un sabor consistente en el tiempo.
De ahí que sus costos sean menores, sus cantidades abundantes e inunden el mercado con grandes variedades espumantes de un sabor quizás menos sorprendente que el obtenido por maestros cerveceros a través de procesos artesanales pues, en este caso, el esmero contenido en cada botella ejemplifica el concepto de experticia.
Las fórmulas cerveceras de la producción artesanal consideran la materia prima como la base fundamental para la obtención de calidad. Por eso durante el proceso de obtención de cerveza se calibran sabores en cada etapa, se interviene y modifica hasta dar con el sabor, tonalidad y aroma esperado por el consumidor.
Respecto a los ingredientes, no se pasteuriza el líquido de forma industrial ni se añaden aditivos o preservantes, por lo que el proceso de fermentación continúa al interior de la botella, manteniendo viva la levadura y las propiedades del lúpulo, por lo cual sus cuotas de producción se mantienen exclusivamente bajas, asegurando un producto fresco de primera en cada sorbo.
Asimismo, durante su elaboración se rescatan técnicas más delicadas en torno al proceso de fermentación y sus gases que devienen en deliciosa espuma con la combinación de amargo y dulce que tanto nos refresca. Sus cualidades nutritivas también repuntan y son libres del CO2 que se agrega industrialmente para gasificar cada botella.
Considera también que en los procesos de elaboración artesanal se incluye mayor mano de obra y menos tecnología: El filtrado, la selección de materia prima, su elaboración, embotellado y almacenamiento ocurren bajo el ojo vigilante de un apasionado amante del lúpulo.
Finalmente queremos agregar que en cuestión de gustos, presupuesto y practicidad no hay leyes que definan realmente qué es mejor y qué no lo es. A la hora de escoger una bebida date un gusto, simplemente obedece a tu paladar, el gusto de tus comensales y las necesidades específicas de un banquete o festejo. La cerveza ha sido una bebida informal desde el principio de los tiempos y su popularidad indica que lo seguirá siendo… ¡Salud!