Hoy en día plantearse no disponer de una tarjeta de crédito en la cartera es prácticamente imposible. Las miles de transacciones que se hacen en comercios tradicionales o bien online es tan grande que, de una generación que ahora tiene 70 años hacia abajo es raro encontrarse a alguien que no utilice el plástico como forma de pago en algunas (las más) ocasiones.
Mientras que antes era necesario ir a una sucursal bancaria a ver cuáles eran las que ofrecían, hoy en día las cosas también han cambiado.
Buscar online en webs como https://www.tarjetas-online.net/ y descubrir cuál se ajusta más a las necesidades propias ha hecho que sea un salto de gigantes el seleccionar el método de pago y la entidad en la que contratarlas.
Para poder poner en relieve la buena etapa que vive esta forma de pago, basta con echar un vistazo a las cifras, que muestran cómo el crecimiento de tarjetas se situaba en un 7% a principios de año hasta los 81.1 millones de tarjetas en circulación según datos del Banco de España incluyendo tanto las tarjetas de crédito como las de débito.
Viendo la tendencia, obviamente son los ecommerces y las pequeñas tiendas y locales quienes siguen incrementando el número de TPV para dar cabida y servicio a quienes deciden pagar con sus plásticos las compras, algo que permite también que la conversión de compra sea mayor pese a no llevar efectivo en los bolsillos (suele pagarse hasta poco más de 12 euros de esta forma) frente a los pagos con tarjeta cuya media ronda los 40.
Elegir, por tanto, una tarjeta de crédito que sea capaz de cumplir con las expectativas de crédito que se puede llegar a necesitar, en unas condiciones favorables para quien la contrata es vital para poder incluso solicitarlas sin necesidad de acudir, en horario laboral, al banco para su expedición.
Si los comparadores han servido para algo es, precisamente, para ser capaces de aglutinar este tipo de información y hacer más sencilla la toma de decisión.
