Cerrar los ojos e imaginarse un restaurante es visualizar mesas, menaje, cocina, alimentación y maquinaria. Sin embargo, algo que no se piensa es en los libros que habrá que también tener disponibles.
Sin embargo, la gestión de un local gastronómico también tiene otras variables dentro de su día a día. Más allá de pensar en grandes gastos, electrodomésticos o demás, hay que pensar también en las comandas, los libros de reserva y, cómo no, los libros de contabilidad e incluso los talonarios de camararos o barra.
Algo que, a priori, se puede pensar apenas necesario en un primer momento es lo que de verdad, junto obviamente con la calidad de producto y la gestión de personal, hace que un local funcione.
Con un buen talonario de camareros se puede tomar nota de la comanda, llevar el pedido a cocina para que tengan copia y seguir el curso hasta servir y facturar a posteriori.
Según cuentan muchos encargados «es fácil que desde que se hace el pedido a mesa y se pide a cocina o barra, si no se apunta, luego se olvide. Y eso acaba acarreando pérdidas. Cuando es una botella de agua, apenas se nota, pero una a una van sumando. Algo tan sencillo como que cada uno lleve un talonario donde se apunte cada producto para luego echar cuentas y darle seguimiento a lo que se lleva a mesa marca una diferencia abismal. Y es un gesto innato en un camarero además».
Algo parecido pasa con el libro de reservas si se quiere llevar un control de la disponibilidad de mesas. De nada sirve llevarlo en mente si no se cuenta o apunta en algún sitio y sigue entrando gente. Quedar mal con un cliente u obviar una reserva hecha acaba llevando a una mala reputación. Algo tan sencillo con disponer de un libro para organizar cada apertura y cada turno de cocina ayuda también a las compras.
Son productos que, pese a que no parecen tan prioritarios, acaban de verdad siéndolo. Además, su coste nada tiene que ver con los grandes electrodomésticos, con lo que siempre es necesario además contar con recambios y más si además se puede disponer de un descuento con el código HISPAMER-5 solo por ser lector de este medio.
La papelería, por tanto, es vital en un restaurante.
