Arranca un nuevo año fiscal y, con él, una serie de obligaciones con Hacienda a las que cualquier asesor fiscal que esté a cargo de la contabilidad de empresas tendrá que ir atendiendo para evitar sanciones.
En primer lugar, hay que pensar en dos opciones: pyme o autónomo. Uno y otro caso nada tienen que ver aunque sean prácticamente lo mismo.
Por ejemplo, entre las obligaciones fiscales de una empresa en enero, hay que presentar todo lo relacionado con el cuarto trimestre del año anterior y que está relacionado con retenciones de IRPF de los trabajadores, alquileres, etc. Es decir, los modelos 111 y 115 a los que, posteriormente, se suman también los relacionado con las liquidaciones de impuestos.
En realidad, cada empresa sabe que, llegado cada momento del año, deben presentar ciertos papeles que avalen la buena gestión corporativa en términos de legalidad y normativa. Es lo que garantiza que todas las compañías, dependiendo de su propia idiosincrasia, reportan en los mismos términos.
La ventaja de contar con asesores es que aprovechan dichas normativas para buscar beneficios a la hora de poder reportar y desgravar, lo que hace que luego también las cuentas salgan favorables para las compañías. Poder acudir a subvenciones para mejorar ciertos aspectos corporativos, a exenciones de impuestos en ciertas transacciones o incluso a donaciones en un momento dado puede marcar la diferencia.
No son pocas las noticias que acaban saltando a los principales medios de comunicación de cómo el tratar de hacer evasión fiscal pasa factura y sanciona a quienes lo hacen.
En la actualidad, a la asesoría fiscal, necesaria para asegurarse problemas, hay una serie de herramientas tecnológicas que han permitido que departamentos que se dedican a la facturación tengan más fácil poder cuadrar las entradas y salidas de dinero en las compañías, con lo que las retenciones y declaraciones, por ejemplo, de IVA, se hacen casi de manera automática cuando se necesita recopilar la información.
Pensar en los deberes fiscales es también hacerlo en la igualdad jurídica para las compañías, lo que garantiza que, en el mismo mercado, todas acatan el mismo tipo de obligaciones y no cuentan con ventajas en algunos casos.
Este 2020, aunque aún no está claro qué novedades pondrá en marcha el nuevo gobierno, presume de traer ciertos cambios relacionados con la forma en la que se inscribía la contabilidad en los libros, un nuevo borrador de IVA y la entrada de la presentación telemática de gran parte de las obligaciones y modelos tributarios. En definitiva, para no perderse, nada como contar con profesionales capaces de estar al día de cualquier novedad legislativa.