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La Airef prevé que la deuda se reduzca hasta el 110,6% del PIB en 2023, aunque alerta de una evolución «desfavorable» a medio y largo plazo

– Avisa de que el nuevo ciclo monetario y el elevado nivel de deuda sitúan la sostenibilidad de las finanzas públicas en un punto de partida de «gran vulnerabilidad»

MADRID, 14 (SERVIMEDIA)

La Agencia Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) prevé que este año la ratio de deuda sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de España se reduzca en 2,6 puntos sobre el nivel registrado en 2022, situándose en el 110,6%, aunque alertó de una evolución «desfavorable» a medio y largo plazo como consecuencia del progresivo envejecimiento de la población.

Esta previsión mejora la presentada por el Gobierno en el borrador del Plan Presupuestario para 2023 del 112,4%, que está en línea con las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea.

El déficit público seguirá contribuyendo al incremento de la deuda de una manera similar al 2022 y la reducción de la ratio vendrá sustentada principalmente por el crecimiento nominal del PIB, donde el deflactor tendrá una contribución muy notable, según las previsiones de la actualización del Observatorio de Deuda de la Airef, publicada este viernes.

2022 cerró con una ratio de deuda sobre el PIB del 113,2%, lo que supone una caída de cinco puntos porcentuales. La Airef califica este descenso de «significativo» y superior a las previsiones de los distintos organismos nacionales e internacionales, como consecuencia, entre otros factores, de una contribución más elevada del crecimiento.

La contracción del elevado déficit público, el rebote de la actividad y una inflación mucho más alta de lo esperado han logrado corregir aproximadamente un tercio del incremento de la deuda provocado en el primer año de la pandemia y situar a la ratio en una «clara senda descendente».

De los 15 puntos de incremento en los últimos tres años, el déficit público ha contribuido con una aportación de 21,8 puntos, compensada parcialmente con el deflactor del PIB en 8,6 puntos, mientras que la aportación del crecimiento real ha sido «prácticamente nula» en ese periodo.

La Administración Central y los Fondos de la Seguridad Social han asumido prácticamente la totalidad del incremento de deuda de los tres últimos años, al financiar la mayor parte de los gastos asociados a la pandemia.

PUNTO DE INFLEXIÓN

En su Observatorio, la Airef constata que el año 2022 ha supuesto un «punto de inflexión» en la evolución de los costes de financiación. El entorno de bajos tipos de interés de los últimos años ha dado un giro brusco ante la reacción de los bancos centrales para frenar la inflación. El aumento de las rentabilidades ha sido un fenómeno global, aunque cabe destacar que la deuda española ha mantenido su diferencial respecto a la alemana, en el entorno de los 100 puntos básicos, que en términos históricos es relativamente bajo, según este organismo.

El coste medio de la cartera de deuda del Estado ha aumentado desde su mínimo histórico del 1,64% hasta el 1,73% y el gasto por intereses del total de las administraciones se ha incrementado 5.550 millones en 2022, hasta un total de 31.595 millones, el 2,4% del PIB.

Para 2023, el Tesoro Público propone un programa de financiación similar al del pasado ejercicio, manteniendo el objetivo de emisiones netas en los 70.000 millones, a través de la emisión de instrumentos a medio y largo plazo, con una emisión neta negativa de los instrumentos a corto.

De cara a los próximos años, la Airef prevé una estabilización de las necesidades de financiación brutas en términos monetarios, que se irán reduciendo en relación al PIB. La disminución de las necesidades de financiación netas — ligada a un proceso de reducción del déficit – se verá en parte compensada por las mayores amortizaciones asociadas a un nivel de deuda muy superior.

Por otro lado, subraya que los distintos programas de compras de activos públicos del BCE iniciados en 2015 e intensificados en 2020 y 2021 han convertido al Banco de España en uno de los principales tenedores de la deuda pública española, incrementando 25 puntos su cuota de participación en el total de la deuda en los últimos años hasta el entorno del 35%.

Al respecto, considera que, en el largo plazo, la reducción de la deuda soberana del balance del BCE puede suponer un «reto importante no exento de riesgos», al exigir el regreso de buena parte de la base inversora residente que se ha visto desplazada durante los últimos años.

Según recoge la Airef en el Observatorio, el nuevo ciclo monetario y el elevado nivel de deuda sitúan la sostenibilidad de las finanzas públicas en un punto de partida de «gran vulnerabilidad». En los próximos años se espera un retorno relativamente rápido, desde el mínimo del 0% registrado en 2021, a unos tipos medios para las nuevas emisiones del 3%. Esta evolución de los tipos de interés está generando un punto de inflexión en el coste medio total de la deuda, que comenzará una senda al alza desde el mínimo del 1,9% hasta un entorno del 3% en el medio plazo.

MEDIO Y LARGO PLAZO

En el medio y largo plazo, la Airef proyecta una evolución de la ratio de deuda sobre el PIB «desfavorable» y proyecta en su escenario base una ratio de deuda creciente tras un periodo inicial de cierta estabilización.

El deterioro del saldo primario proyectado a partir de 2030 como consecuencia del envejecimiento de la población hará que la deuda retome una senda ascendente que se irá acelerando hasta un máximo del 186% del PIB en 2070. En paralelo, la carga financiera mantendrá una dinámica desfavorable incluso en un escenario de contención del coste de la deuda, según estas estimaciones.

Dada la incertidumbre de las proyecciones macro-fiscales a medio y largo plazo, la Airef incorpora en la Opinión proyecciones basadas en escenarios alternativos, planteando diferentes hipótesis sobre la evolución de las variables relacionadas con los elementos institucionales del sistema de pensiones, la demografía, la economía, los ingresos públicos y los tipos de interés. Sin embargo, los escenarios más favorables no consiguen disminuir la ratio de deuda por debajo del 100% del PIB en el medio plazo, aunque sí logran mantener la ratio estabilizada durante un periodo más largo y proyectan a futuro unos niveles de deuda inferiores.

«En este contexto, la generación de espacio fiscal, necesario para contener la evolución de la deuda por un lado y abordar shocks como los ocurridos en los últimos años por otro lado, hace necesario el diseño de un plan a medio plazo que guíe las cuentas públicas hacia una situación de equilibrio. Las simulaciones muestran que la implementación de una estrategia fiscal temprana para contener la dinámica de la deuda y el aumento de la carga de intereses evitará tener que realizar mayores ajustes a medio y largo plazo», explica el organismo dirigido por Cristina Herrero.