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Más de la mitad de los países europeos cuentan con mecanismos de ajuste automático en pensiones

– Su gasto en pensiones crecerá de media en 0,1 puntos del PIB, mientras que en los demás países subirá en torno a 3,3 puntos

MADRID, 07 (SERVIMEDIA)

Hasta 14 de los 27 Estados miembro de la Unión Europea aplican mecanismos en los que la cuantía inicial de la pensión está vinculada a la esperanza de vida o al valor actual de una renta vitalicia, la edad de jubilación depende de la esperanza de vida o la revalorización de la pensión está marcada por factores como la evolución demográficas, económicas o de la situación financiera del sistema.

Así lo ponen de manifiesto los economistas Enrique Devesa y Rafael Domenech en un artículo publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), en el que los autores subrayan que algunos países aplican simultáneamente dos o incluso tres de estos mecanismos de ajuste.

Utilizando las proyecciones realizadas por la Comisión Europea, estos economistas señalan que, en los países con algún mecanismo de ajuste, el aumento de gasto en pensiones entre 2019 y 2050 es de 0,1 puntos porcentuales del producto Interior Bruto (PIB). Por el contrario, en los países sin mecanismos de ajuste este incremento previsto es de 3,3 puntos porcentuales.

Este análisis coincide con la aprobación en España de la segunda fase de la reforma de pensiones, que apuesta no por el ajuste en las pensiones o un nuevo aumento de la edad de jubilación, sino por el mantenimiento del poder adquisitivo de las prestaciones, la mejora de las pensiones más bajas y un aumento de las cotizaciones.

En este contexto, el artículo publicado por Funcas resalta que hay al menos tres razones para aplicar mecanismos de ajuste automático que garanticen la sostenibilidad de las cuentas del sistema de pensiones, más allá de las reglas que se aplican al conjunto de las cuentas públicas. La primera es que, con diferencia, las pensiones públicas se han convertido en la partida de gasto más importante del presupuesto público.

La segunda es que «renunciar al equilibrio y suficiencia del sistema público de pensiones de reparto mediante sus recursos propios reduce su contributividad» y la tercera es que «basar la sostenibilidad del sistema de pensiones a futuras decisiones discrecionales por parte de los gobiernos reduce la transparencia y aumenta la incertidumbre, el coste político de tener que realizar reformas cada cierto tiempo y la carga sobre generaciones futuras que, en el momento presente, pueden carecer de voz y voto».

Para estos expertos, los mecanismos de ajustes automáticos resultan «útiles para mejorar la sostenibilidad, suficiencia, contributividad y equidad de los sistemas de pensiones». «En lugar de apostar estos objetivos a que se cumplan los escenarios más benignos, pero con menor probabilidad, y tener que hacer frente a sus riesgos con políticas discrecionales, los mecanismos de ajuste automático constituyen un seguro que protege los sistemas de pensiones de manera simétrica ante los riesgos potenciales y, con ello, proporcionan certidumbre», agrega.

«Si la evolución de la demografía o de la productividad es más favorable, los mecanismos de ajuste permiten pensiones más elevadas. Si la esperanza de vida aumenta menos de lo previsto, la edad de jubilación también lo hará más lentamente», ahonda el documento.

PAÍSES

Los dos economistas clasifican los mecanismos de ajuste según si afectan a la cuantía inicial de la pensión, a la edad de jubilación o a la revalorización de la pensión. En los dos primeros casos, la referencia es una función de la esperanza de vida, mientras que en el caso de la revalorización de la pensión, se centran en vincular variables demográficas y/o económicas. Hay otra alternativa que consistiría en relacionar el número de años para conseguir un porcentaje del 100 por 100 de

Varios países europeos han incorporado reformas en sus sistemas de pensiones cuyo objetivo es ajustar automáticamente la cuantía de la pensión inicial a la evolución de la esperanza de vida. Aparte de los países que han adoptado un sistema de cuentas nocionales (Italia, Letonia, Polonia y Suecia), solo hay dos países que hayan elegido esta opción (Finlandia y Portugal).

En los sistemas de cuentas nocionales, cada trabajador dispone de una cuenta virtual individual (nocional) donde se van acumulando las aportaciones (cotizaciones del empleador y las suyas propias) y los rendimientos ficticios que estas van generando a lo largo de su vida laboral, de acuerdo con el tanto nocional (tipo de interés de valoración) que se aplique (por ejemplo, el crecimiento del PIB, de los salarios medios o de los ingresos por cotizaciones).

Por su parte, nueve países de la UE han optado por diseñar un mecanismo de ajuste automático donde las variaciones de la esperanza de vida se vinculen a la edad legal de jubilación y no a la pensión inicial. Se trata de Dinamarca, Estonia, Grecia, Italia, Chipre, Países Bajos, Portugal, Finlandia y Malta, aunque este último con matices, ya que no existe la obligación de aplicar ajustes, pero sí de que el Gobierno informe cada cinco años de la marcha del sistema y de las medidas que deben garantizar sus sostenibilidad.

Por último, algunos países han considerado necesario relacionar la revalorización de las pensiones con elementos demográficos o económicos que permitan mejorar la sostenibilidad a medio y largo plazo del sistema. Se encuadran en este grupo Alemania, Estonia, Lituania, Portugal, Grecia y Suecia.

Al hilo, los dos economistas explican que el índice de revalorización de las pensiones aprobado en España en 2013 y derogado en 2021 funcionaba de una manera similar al mecanismo de revaloración sueco, pero haciendo depender la revalorización del promedio a 11 años del déficit financiero del sistema, en lugar de su balance actuarial.